Serían las 5 de la tarde cuando me tropecé en una gasolinera del sur con un grupo de ciclistas en mountain bike que había parado a cargar las pilas. Yo hice lo propio y salí un rato después de ellos.
Al desviarme a una carretera comarcal, cuál fue mi sorpresa cuando al final de una subida encontré al más adelantado de ellos en el suelo, enredado con la valla y sin poder moverse. Paré el coche, puse el indicador de emergencia y acudí en su ayuda. Se había enredado con un compañero y eso le había enviado al asfalto. Apenas podía moverse ya que permanecía con las zapatillas caladas. Destrabé una de ellas y le quité de encima la máquina entre lamentos y quejidos. Cuál fue mi sorpresa cuándo vi cómo se levantaba sin daños aparentes aparte de las típicas magulladuras. En ese momento llegó el resto del grupo y se reunió con él. Un susto y nada más.
Esta escena me recordó el accidente que viví con la de montaña hace unos años, justamente por enredarse un compañero conmigo bajando Las Raíces. Este accidente me envió a la planta 11 de la Residencia Sanitaria durante 11 días. No perdí un ojo de milagro.
Sin duda el ciclismo de carretera tiene sus riesgos, y uno de ellos lo constituye el ir en grupo. No saber manejarse dentro de éste. No conocer cómo abandonar el mismo y qué maniobras no se deben realizar. Sin duda hoy este ciclista podía haberlo pagado más caro. Ya hubiera querido yo salir como él, por mi propio pie y no en un coche zumbando al hospital mientras sujetaba parte de mi cara.
¿Moraleja? Aprender, aprender y aprender a hacerlo bien, a no cometer locuras y a llevar todos los medios de protección sin escatimar gastos.
Tras el susto completé hoy el entrenamiento, que transcurrió por la mañana rodando por Las Mercedes hasta que una llovizna incómoda me hizo abandonar la zona y por la tarde, ya fuera del entrenamiento programado, con neopreno y aletas en la playa de El Médano. Bueno. Muy bueno y muy bien aprovechado este día. Contento de los resultados y de las sensaciones en la bici y en el agua. Otro día más.
Mañana toca una hora de carrera y un chapuzón. Y el lunes vuelta a la guerra: los entrenamientos dan un apretón de cara a recuperar el tono. A por todas!! No hay que perder un sólo minuto. Mañana, planificación de la semana y a seguir a nuestro campeón, Javier Gómez Noya en las Series del campeonato del Mundo de Triatlón en Londres. ¿Me sigues?
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